La falta de valores morales como de contención social no son nuevos justificativos en una sociedad a falta de leyes aplicables y castigos efectivos que justifican con la impunidad y pasa a liderar la vida desaprensiva de los delincuentes, aprovechando del vandalismo no ilustrado que comete todo tipo de desmanes y muertes sin castigos ni sanciones a quién corresponda y ésta descomposición social ha comenzado a limar nuestras conciencias.
En el conurbano bonaerense grupos uniformados provistos de gases lacrimógenos asesinan, otros encapuchados con garrotes reaccionan rompiendo veredas o incendian todo a su paso, hordas ambientalistas cortan rutas y puentes internacionales revindicando actitudes ecologistas y hordas asesinas drogadas roban y matan sin piedad inpunemente a los ancianos.
Así estamos por las calles de la ciudad dónde se ha canibalizado el crimen organizado que expande el delito apropiándose de la ciudad y de sus calles como se les ocurre, acampando en plazas que son tomadas cómo suyas y a su criterio.
Son éstos grupos de choque organizados que producen impeorables actos de vandalismo en la ciudad ante la perpleja anomia de los ciudadanos y las autoridades policiales que se repliegan. El miedo cunde en la ciudadanía y psicosis en la sociedad que obliga a encerrarse o enrejar sus casas, edificios públicos hasta la misma Casa Rosada como única seguridad. Así una de cada cuatro plazas en la ciudad están enrejadas por lo cuál generó una polémica que unos defienden mientras otros critican. Esta necesidad creada por el vandalismo en los espacios verdes incluyeron la remodelación y su enrejado perimetral y que concluirá con un patrimonio enrejado de 20 Km en toda la ciudad. Para los críticos a ésta medida es un atentdo a la democracia pero es consecuencia de la drogadicción masiva que se encuentra instalada allí cuándo no se tenía protección.
El tema es polémico para unos que aseguran del abuso al espacio público con graffitis y robo de materiales por destrucción de las esculturas.
Una TV cloaca convertida por sus series de violencia en provocación al vandalismo nocivo a la sociedad para su convivencia por la prepotencia de arriba que engendra la de abajo, servicios de seguridad parapetados en sus garitas, un vocabulario en novelas de baja calidad y nivel cultural, adolescentes que salen alcoholizados en la noche de boliches, energúmenos proclives que crispan los nervios desde la función pública y grupos desocupados chamuyeros que avivan discordias con vieja retórica política que se ocultan, son los arquetipos de los que esconden la mano para arrojar la piedra.
Ante éste panorama desolador están los ingenuos que pregonan la democracia que no entendieron y el libertinaje que practican, les permite dar rienda suelta a la putrefacción instalada que los circunda.
Así una provincia como Neuquén se vió convulsionada por la muerte del docente de escuela Carlos Fuentealba por un policía que disparó a quemarropa su pistola lanzagases a pocos metros dentro de su auto. Éste hecho ocurrido en Neuquén convulsionó la población y a los partidos políticos acusando a su gobernador Sobich a renunciar y quebrar la paz social al reprimir a los docentes en su pedidos asistenciales con recomposición salarial. El diputado Rojas del MID aseguró que la policía es violenta y mata porque el gobernador está de acuerdo con una policía represora.
Por su parte el diputado Jesús Escobar de la Agrupación Libres del Sur pidió el juicio político al gobernador Sobich por el artículo 266 previsto en la Constitución provincial, pero no es un procedimiento simple de llevar a cabo ya que en Neuquén ningún juicio político prosperó hasta hoy.
El asesinato de Fuentealba mostró el estado de descomposición moral y político de sus gobernantes y hasta dónde se puede llegar para conseguir un voto, denunció el dirigente de Autodeterminación y Libertad, Luis Zamora en un comunicado.
La población declaró un duelo en favor a Fuentealba con un paro solidario a mediodia y movilización en reclamo de justicia por su ejecución con críticas hacia la policía y los funcionarios del área de seguridad y su gobernador por su soberbia hacia los integrantes de su gabinete.
Hasta el momento el cabo primero Darío Poblete de 31 años es el único detenido por la muerte del profesor de química. El policía se negó declarar ante el juez Piana acusado de homicidio simple que tiene condena hasta 25 años.
En la ruta 22 cerca de Arroyito fué dónde Fuentealba recibió el disparo en su cabeza a corta distancia con un cartucho de gas lacrimógeno al recibir la órden de detener su auto Fiat 147.
El detenido Poblete tiene antecedentes judiciales por maltrato a detenidos estando preso un año en suspenso y dos de inhabilitación después de ser separado, volvió a la institución policial.
La protesta por la muerte del profesor de química de Neuquén provocó un reclamo nacional con huelga por 4 horas y manifestaciones solidarias en todo el país mientras que en la provincia Sobich decidió sacar la policía a las calles para cuidar a los manifestantes como estrategia para evitar enfrentamientos. Así mismo denunció que grupos radicalizados llegaron a la ciudad con la intención de provocar desmanes entre los que estarían la izquierda de Quebracho y piqueteros vinculados a la Casa Rosada, pero actuaron sin violencia. El grupo Quebracho, una organización violenta que ejerce por infiltración en manifestaciones, tiene como líder a Fernando Esteche que le niegan su excarcelación y apelan a su libertad con lo que quieren definir los pasos ante la justicia.
El obispo Marcelo Melani como mediador del conflicto entre Sobich y los docentes de la provincia, en su intervención simbólica para acentuar el desgobierno neuquino, trata de acercar posiciones inconciliables. Muchos dieron en llamar "la marcha venenosa" en referencia al recuerdo infantil del juego que hoy conduce la clase política después de la muerte de Fuentealba que es insumo al marketing electoral de los distintos sectores que pujan sacar provecho, pero cuesta saber a que bando está dirigido ya que el aire se corta con navaja cuándo le prometen a Kirchner la seguridad de la "cuadratura del círculo", un sistema de represión progre.
El enquistamiento de la violencia en la sociedad ha contaminado las instituciones jurídicas y policial por falta de sus virtudes esenciales, unos por exceder en matar y los otros por no actuar ejercitando el legítimo derecho de una ley justa para todos. Al permitir reiterar episodios represivos se acentúa la violencia al límite cada vez mayor.
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