lunes, 18 de febrero de 2008

"Para revitalizar la relación en la pareja, la receta está en la innovación"

Algunos estudios realizados en EE.UU sobre el amor de matrimonios que llevan varios años de casados revela que el paso del tiempo y la rutina deteriora el amor y los sentimientos románticos en forma inexorable.
El estudio reunió 58 matrimonios de mediana edad con un previo cuestionario consiguieron determinar y separar la calidad de cada relación matrimonial para luego al azar formar tres grupos diferenciados y a cada uno le asignaron una diferente actividad como ser; pasar parte del día de la semana en actividades familiares placenteras, otros salir a cenar y algunos ir al cine.
El primer grupo a los que se les propuso 1 hora y media en la semana en actividades emocionantes de sus agrado, éstas parejas eligieron cosas que no hacían habitualmente, así asistieron a concierto, teatros, exposiciones, esquiar, salir de excursión y bailar. Al tercer grupo no se le asignó nada.
Después de 10 semanas los matrimonios fueron sometidos a nuevas pruebas de calidad de relación. Los que tenían emprendido citas románticas nocturnas emotivas tuvieron un aumento de mayor satisfacción marital que los otros que solo hicieron citas románticas agradables de encuentros simples.
Otra serie de experimentos relacionan a las parejas con tareas mundanas de ir y venir caminando por la sala. Otros participan de ejercicios de desafío como atados de manos y tobillos se arrastran hacia atrás y adelante pateando una pelota.Durante el ejercicio se les preguntaba si su relación conyugal es aburrida..?.
Los matrimonios de actividad más diferenciada consiguieron mayor puntaje que en aquellos que realizaban tareas mundanas, así las parejas que mantienen buena relación aunque monótona le ayuda mejorar un chisporroteo romántico al pasar. Es así que ésas mariposas de enamoramiento que sienten cosquillear el ombligo de las mujeres, pueden volver a revolotear cuando hay sentimientos de unión predesibles a largo plazo.
Así los experimentos demuestran que la novedad por hacer cosas diferentes en la pareja puede motivar a recrear los impulsos químicos del romance inicial.
Esta teoría se basa en la neurociencia ya que éstas experiencias activan el sistema de recompensa del cerebro, al inundarse de dopamina y norepinefrina los circuitos cerebrales que activan el principio de líbido en el amor romántico en esa etapa de jubiloso éxtasis y obsesivos pensamientos en la pareja cuándo es nueva.
Los que estudiaron el comportamiento de las parejas afirman que muchas de ellas tienen actos románticos equivocados y mal entendidos por recurrir a una rutina monótona y así pasar juntos no es suficiente para impedir que el matrimonio se desgaste.
Recientemente en una conferencia de la Asociación Psicológica y de la Personalidad en EE.UU se presentaron datos obtenidos por investigadores que hicieron trabajos sobre imágenes cerebrales de hombres y mujeres que habían estado casados durante más de 10 años.
Las gammagrafías cerebrales confirmaban que estaban emocionados de sus respectivos cónyuges al mostrar un incremento de la actividad cerebral asomada al amor romántico al ver las fotografías de sus cónyuges. Tampoco está muy claro porqué los matrimonios son capaces de tener intensidad romántica después de varios años. Lo cierto es que para los investigadores creen que incorporar regularidades novedosas a la relación con emociones diferentes motiva lo suficiente para encender la mecha del amor, aquella que unió en un primer momento y una solución sería recrear las citas románticas frecuentando amigos distintos y planificar diferentes actividades que ambos disfruten como conocer nuevos lugares de diferentes países y ciudades, viajar al campo, andar en bicicleta y cenar afuera una vez por semana, sería algunas de las opciones.
Éste espacio romántico creado permite no perder la escencia de la vida en la pareja y evita que se deteriore por cansancio en la rutina con el correr el tiempo y la clave estaría en fetejar los aniversarios y darse una sorpresa como cuándo se era soltero, de un momento sólos para conservar y recrear el espacio de la intimidad.
e1000

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